Pasión por las piedras antiguas
A la isla de Oléron a menudo la llaman La Luminosa («La Lumineuse», en francés). Cada cual justifica como quiere este apodo. Es cierto que se suelen alabar sus dunas, sus bosques, sus marismas y su naturaleza salvaje. Sin embargo, la gente se suele olvidar del patrimonio diverso y variado de la isla y la cuenca de Marennes. Es especialmente conocido el fuerte Boyard, que coexiste con el faro de Chassiron, la torre de Broue, el fuerte Louvois, las ciudadelas de Brouage y Le Château-d’Oléron, la casa de Pierre Loti y los numerosos (aunque variados) edificios religiosos. Los patrimonios militar, marítimo y arquitectónico conviven para formar nuestro prestigioso conjunto patrimonial.
Las dimensiones del fuerte son realmente impresionantes: 68 metros de largo, 32 metros de ancho y 20 metros de alto. Estaba hecho para que lo ocuparan 250 soldados y lo armaran 74 cañones (es decir, las mismas piezas que un buque de guerra con tres cubiertas), pero no recibió más que una treintena.
En el extremo de la isla, encaramado a un acantilado rocoso, se erige el majestuoso faro de Chassiron, justo en frente del Pertuis d’Antioche (estrecho situado entre las islas de Ré y de Oléron), que está rodeado de arrecifes que han provocado muchos naufragios. En la actualidad, la linterna de este faro y sus tres rayas negras siguen guiando las embarcaciones cuando es de noche o hay niebla. En el continente, la torre de Broue no es menos ilustre. Representa los vestigios de una época en la que el golfo no estaba encenagado y se utilizaba para el almacenaje de sal.
La región Marennes Oléron está llena de construcciones militares. Las ciudadelas de Brouage y de Le Château-d’Oléron sirvieron para proteger las costas de la antigua provincia de Saintonge, en el caso de la primera, y la desembocadura del río Charente y el puerto de Rochefort, en el caso de la segunda. Los fuertes Louvois y Boyard (este segundo ha dado nombre a un programa de televisión internacional) cruzaron fuego para defender la base naval conocida como l’Arsenal de Rochefort y las costas de la isla.
En el territorio también hay presente un gran número de iglesias románicas. Son testigos de la historia católica de la isla de Oléron y la cuenca de Marennes, ya que los ingleses conquistaron la isla en algún momento de la Edad Media. Más tarde, se convirtió en escenario de incesantes combates entre católicos y protestantes durante las Guerras de Religión de Francia.
Parte integrante de la riqueza del territorio también existe gracias a otros sitios que puedes descubrir, como el molino de Loges, el último molino de marea de Europa que sigue funcionando.
Para convertirte en un experto en la historia y el patrimonio de la isla de Oléron y de la cuenca de Marennes, te animamos a cruzar la puerta de nuestros museos. Déjate sorprender en la visita atípica a talleres de construcción naval en madera. También puedes realizar una visita guiada o lanzarte a una de las búsquedas del tesoro más divertidas.